Muchas veces creemos que la labor desarrollada por los distintos profesionales o especialistas es muy simple y que, a fin de ahorrar dinero en el pago de sus comisiones, podemos hacerlo por cuenta propia… pero, como se dice popularmente “lo barato cuesta caro”. Ésta no es la excepción.
Un corredor de propiedades o agente inmobiliario como prefieras llamarlo, no es un oficio legislado en nuestro país, por lo que no existen entidades que fiscalicen su actuar y es así como encontramos literalmente “de todo”. Desde comisiones altísimas que no se justifican hasta pseudo agentes inmobiliarios que dejan a medio camino la búsqueda o venta encomendada por nosotros.
Debajo de cada piedra hay una persona que se llama <especialista> en venta de propiedades. Sin embargo, antes de elegir uno, ya sea para comprar o vender una propiedad, debemos tener en consideración algunos factores. Lo más importante siempre, son las referencias y testimonios de otras personas. El corredor de propiedades debe conocer la zona donde se desempeña. Aquí nos detenemos nuevamente para hacer hincapié en que la especialización es fundamental. No nos sirve un corredor de propiedades que tenga gran cantidad de bienes ofertados y no se enfoca en un nicho específico y, por lo tanto, no domina necesariamente el mercado. Si deseamos adquirir un local comercial no es el mismo mercado que si deseamos vender una macro industria…
El corredor de propiedades debe conocer tan bien el mercado, que DEBE comunicarnos tanto las debilidades como las fortalezas de la propiedad que nos está intentando vender. Un agente que no nos exponga debilidades o aspectos negativos de un bien es porque algo nos está ocultando o lo desconoce. Es bueno consultarle por lo que conocemos como FODA (Fortalezas- Oportunidades- Debilidades y Amenazas) de una propiedad.
Debemos tener altas expectativas acerca de los resultados que esperamos cuando decidimos ponernos en las manos de una agencia inmobiliaria para la compra o venta de nuestra propiedad.
El agente inmobiliario, a cambio de una comisión por su gestión, estará a cargo de todo el trabajo y las complicaciones que surgen durante una compra- venta. Desde el principio, cuando se encarga de mostrar el inmueble a los posibles compradores, hasta que les entrega las llaves de acceso a su nueva propiedad. Los acompaña en todo momento y los deja ir si no tiene la solución que necesitamos. Alguien que intenta vendernos a toda costa una propiedad no nos debe resultar confiable.
La negociación corre por su cuenta: atender todas las dudas del cliente, responder sus llamadas, correos electrónicos, la elaboración de contratos, las condiciones de la venta, el asesoramiento a los clientes que requieran de créditos hipotecarios o algún otro tipo de financiación y muchas veces hasta la interacción con los mismos bancos.
El agente inmobiliario es la persona que nos ahorrará momentos de angustia, de estrés, nos ahorrará un sinfín de papeleos, un mundo de trabajo administrativo, por lo que también debemos esperar honestidad y tratamiento personalizado en cuanto al poder que le otorgamos como gestor, ya que es una persona que nos acompañará en la toma de una de las decisiones más importantes de nuestra vida.
Espero haya sido de utilidad para ti esta información... Nos vemos en el próximo blog! Un abrazo.
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